Tengo hambre, ansiedad de saber todo lo que desconozco; hambre de saber que pasó, que pensabas, que te llevó a tomar tan estúpidas decisiones.
Tengo sed de quitarme estas ganas de conocer todo, de querer descubrir al fin la canción que debo odiar, de darme cuenta que me faltó, saciar mi necia sed de ser la "víctima".
Tengo antojo, mucho; de saborearme como antes; prepotente, creída, a la que nada ni nadie podría lastimar; a la que no le importaba si hoy decidías largarte de su vida, la que fácilmente podía decir: "al diablo con esto" y seguir como si nada, sin derramar ni una sola lágrima.
Quiero tener gula de mi misma, para dejar de car-comerme, para tomar por fin la decisión de dejarte o seguir adelante; para ser YO otra vez y no sólo una cada vez más putrefacta y jodida extensión de ti, ser yo y reírme de lo irónica que es mi vida actualmente, carcajearme a más no poder de lo agridulce de mis momentos, de tragarme todo lo que siento por ti y saborearlo como mío...
Sí, esa infelicidad que sientes... también me devora a mi misma.
De saborearme como antes, me quedo con esa palabra, si, yo tambien me anhelo saborear esas cosas que me satisfacían, sentirme lleno de satisfaciones de la cosas que me gustan, enamorarme y volver a creer en mi...Saborear mis triunfos, mis exitos mi vida y mi amor.
ResponderEliminarAy pues ni que decir me gusto!
ResponderEliminarsaludos!
Yo aprendí a la mala aquella frase que versa: "Procura que tus palabras sean dulces para cuando debas tragártelas..."
ResponderEliminarSnif...
@!van: pues a darnos gusto entonces, creo que la soluciôn empieza, cuando reconoces el problema...
ResponderEliminar@Ely: gracias!
@Zed: si eso pensê,... eso debî hacer desde hace muuuuucho tiempo atrâs...