"En la envidia se mezcla el odio con la avaricia, el orgullo y, a veces, el amor."
Rosa Chacel.
Llevamos 20 minutos o más formados para entrar a ver el show navideño, sí ese que está lleno de mujerones súper pompudas y piernudas, con sus pequeñas falditas haciendo eco de sus habilidades en el hielo.
Adelante de nosotros una pareja de esas que suelen verse seguido pero que pocas veces se les pone atención; ella es gordita, de cabello lacio... algo bonito pero con tendencia a ser grasoso... él es alto, tiene la cara repleta de ese acné que parece incurable, igual tiene el cabello graso pegado con más gel del que realmente necesita...
Y si, tal vez yo no soy la gran cosa; pero esos 2 me causan envidia...
Él la consiente en todo lo que ella desea, le da besos como si la acabara de ver, de esos besos en donde se nota lo que se siente por la otra persona; ella a su vez lo abraza y le da cariños de la misma forma; platican y se ríen como si apenas se estuviesen contando todo de sus vidas...
Yo evito mirarlos, en principio por que no me gusta embarrarme de mieles ajenas y en segunda por que estando a tu lado estamos callados, no decimos nada y ni que decir de profesarnos aunque sea la mitad de esos besos y caricias...
Por fin nos toca entrar, seguimos detrás de la misma pareja... al asignarnos los lugares prenden la cámara que enfoca a toda la gente del lugar, a la anfitriona se le ocurre buscar a la gente más animada, la cámara se sitúa junto a mi... sí en esa pareja que yo llevo rato sin tener éxito al evitar mirar; ambos sonríen como si aparecer en la pantalla fuera lo máximo, él entonces le da el beso más grande que cualquiera haya visto; y junto conmigo pareciera que todos los que aparecían en la toma además de ellos, han desaparecido.
Una semana después tengo la misma sensación al ver reír a una pareja de mi mismo rango de edad, afuera de una tienda de autoservicio; ambos se carcajean como tiene meses que yo no lo hago contigo... a esos si no evito mirarlos, los observo lentamente durante el tiempo que el eterno semáforo insiste torturarme antes de cambiar de color... pero la risa no se me pega...
solo siento unas inmensas ganas de llorar.
A veces,ver a los otros expresarse afecto nos hace tomar consciencia de lo que hemos dejado en el camino y tal vez sea hora de volver a retomarlo,no??
ResponderEliminarP.D.:Yo no suelo envidiar a las parejas que se profesan cariño si no màs bien,me da mucha alegrìa que todavìa haya personas que no les importan donde esten para mimarse...
BESITOS ♣
Como dice Hannibal Lecter, la envidia va de la mano con la codicia. Deseamos lo que no podemos tener, lo que sabemos que no nos hace falta... lo que no necesitamos.
ResponderEliminarPero así es nuestro instinto. Por algo será.
@GABU: y que tal que tratas tanto de retomarlo que ya cansa? Verás yo no solía envidiar a esa gente (a nadie si te soy sincera) pero son esas cosas de pareja que extrañas y que dices tanto que extrañas que pierden sentido... Besotes extrañados!
ResponderEliminar@Zed: me juras que no lo necesito?! por fa por fa di que siiiiii!!!